Las tarjetas son representaciones coloridas de frijoles en varias poses descriptivas, y el objetivo es hacer monedas plantando campos (conjuntos) de estos frijoles y luego cosechándolos.
Para ayudar a los jugadores a unir sus cartas, el juego presenta un amplio intercambio y acuerdos. Una de las características más singulares del juego es que no puedes reorganizar tu mano, ya que debes jugar las cartas en el orden en que las robas.